Madurez
Madurar significa aprender a despedirse; al menos para mí. Despedirse de familiares cercanos, personas, compañeros de vida, (ex) parejas, largas relaciones, trabajos, (ex) compañer@s de trabajo, amig@s, y proyectos (que has creado con alma, corazón y siguiendo tu propósito).
Como muchos ya sabéis y pone en mi página web mi misión es «ayudar a la gente a través de la tecnología convirtiendo ideas de negocio en productos digitales dentro del ámbito social y de la salud» ¿Cómo? De muchas maneras, aunque últimamente donde me siento más cómodo es como puente entre tecnología y negocio bajando a tierra la visión de lo que se quiere llevar a cabo desde la parte de negocio. Para ello, mediante una comunicación efectiva el equipo tecnológico lleva a cabo estos proyectos digitales. Lo consigo gracias a mis soft skills como son la escucha activa, la capacidad de adaptación, tener cintura y sobretodo una buenas dotes de comunicación («dejarse fluir en el río de la vida«).
¿Qué tiene que ver todo esto con AppDermis?
Mucho.
AppDermis ha sido mi primer proyecto con alma. Fue mi MBA y pude complementar mi formación (más técnica) con nociones en marketing, ventas, negocio, regulación, comunicación, etc. Además de permitirme crear una muy buena red de contactos. También me permitió encontrar mi ikigai (misión) que te he contado más arriba. Si no hubiera participado en aquel Hackathon de Salud en el verano del 2018 (que ganamos) no estaría aquí escribiendo estas líneas.
Escribiendo estas líneas para despedirme de AppDermis oficialmente desde el 11 de julio cuando ya no hay web ni dominio ni hosting.
Han sido muchos los aprendizajes y las personas que nos ha ayudado de manera desinteresada durante todo este camino (que es como la vida misma) desde junio de 2018 hasta julio de 2022. Cuatro años en los que el proyecto pasó de ser un pet project hasta haberse convertido en mi dedicación completa para otra vez volver a convertirse en un proyecto residual previo a la desaparición
Quiero agradecer públicamente a todos los programas de aceleración, nacionales e internacionales (HealthStart, La Nave, Novartis BIOME, EIT Health Patient Innovation Bootcamp, DEXIC, Deusto Citizen Bootcamp), en los que fuimos seleccionados y a todas esas personas que nos ayudaron (Jessi y Sonia en la ideación; Ana Ruiz durante todo el comienzo del proceso; Juan Pedro Benítez, Óscar Paz y Luca Venza como mentores en distintas fases) a intentar encontrar la viabilidad de un proyecto que quería convertirse en un negocio sostenible. Ah, y a las personas que han querido unirse para llevar a AppDermis a otro nivel (Misa, Vanessa, Miguel, Oshin y Álvaro).
Básicamente AppDermis cierra porque no he sido capaz de convertirlo en un negocio sostenible. Porque aunque mi objetivo sea ayudar a la gente a través de la tecnología, sin un flujo de dinero constante no puede haber estructura para que el proyecto se mantenga y por ende que se ayude las personas con enfermedades crónicas de la piel.
Es bueno como filosofía de vida cerrar puertas para dejar espacio para que otras se abran y vengan nuevos proyectos (con alma).
Aprendizajes
Cuando llevas tu proyecto a cabo no es como cuando trabajas como asalariado y te dan todo hecho. Aquí eres tú enfrente del mundo para intentar validar que tu idea puede llegar a tener un modelo de negocio sostenible.
Para ello tienes encontrar el tan ansiado product-market-fit. Puede que tengas que construir un producto mínimo viable (Minimum Viable Product – MVP) que a veces no tiene que ser ni un producto digital en sí como lo entendemos hoy día. Tienes que perder la vergüenza a contactar con desconocidos que creas que te pueden escuchar para que tú les puedas ayudar con tu producto. Muchas veces no es la persona indicada pero sí que te puede conectar con alguien (más) interesante para tu proyecto. Contar el proyecto delante de una, cuatro, veinte o cuarenta personas ya no intimida tanto cuando lo haces tan a menudo y casi sin pensar (bien sea en inglés o castellano).
Así que ventas, negocio, comunicación, estrategia, gestión de equipos/tecnología/proyecto/producto y conectar a personas es algo que AppDermis ha traído a mi vida para quedarse. Si necesitas un empujón en alguna de estas áreas no dudes en contactarme por LinkedIn.
EL CAMINO
Cómo conclusión y paralelismo con el Camino de Santiago sólo me gustaría recalcar que aún sabiendo cómo he acabado en el aquí y el ahora (redactando este contenido que espero que sirva de ayuda a alguien o que le pueda resultar inspirador); repetiría el proceso (intentando no cometer los mismos errores!). Porque lo que de verdad merece la pena es disfrutar cómo vas del punto A al punto B (quién te acompaña, qué aprendes, lo que ves, etc.).
¿Sigo hablando de AppDermis o estoy hablando de la vida?
Gonzalo, (siempre) fundador de AppDermis (aunque ya el proyecto no exista)
pd: cómo una idea de proyecto en salud te puede dar tanto; gracias por tanto y adiós para siempre
2 respuestas a «AppDermis llegó a su fin»
Gracias Gonzalo, por compartir tu aprendizaje e ilusión. Y a continuar con esa misma pasión e “Ikigai”.
¡Gracias, Paola!